TOM
CABEZA VACÍA
Pequeños
grumetes, voy a contaros cómo yo,
Tom Cabeza Vacía, llegué a ser pirata. Resulta que odiaba ir al
colegio,y tener que estudiar y hacer deberes, así que cuando el
famoso capitán pirata Barbadepega pasó por mi ciudad buscando
jóvenes marineros aspirantes a ser piratas, me apunté el primero. Y
es que en el barco de Barbadepega había que dedicar todo el tiempo a
buscar tesoros,y si se encontraba a alguien estudiando o leyendo se
le encerraba en el cuarto de las ratas para ser devorado por ellas.
Así
fue como empezó mi vida de pirata buscatesoros. Pero era una vida
difícil. Trabajaban duro limpiando y cuidando el barco y, además,
los mapas que encontrabamos llevaban siempre a pequeños tesoros. Y
después de repartirlos apenas conseguíamos lo suficiente para
comprar un poco de comida y algo de ropa, así que eramos mucho más
pobres que ricos. Eso sí, Barbadepega nos animaba constantemente con
promesas de grandes tesoros y canciones que recordaban que en aquel
barco no hacía falta leer ni estudiar.
Pero
un día alguien del barco me robó la poca comida que me quedaba, y
dos días después sentí tanta hambre que decidí entrar al cuarto
de las ratas para comerme una. Nadie se atrevía a acercarse allí, y
yo lo hice de noche y a escondidas. Pero, al entrar, no encontré ni
una sola rata, sino un cuarto secreto, limpio y recogido, lleno de…
¡libros!
Entonces
oí unas voces que se acercaban y solo pude esconderme y escuchar…
Cuando
salí del falso cuarto de las ratas estaba furioso. Barbadepega y su
contramaestre eran unos estafadores. Estudiaban y leían sobre
antiguos y fabulosos tesoros, pero los buscaban a escondidas de todos
y se los quedaban para ellos. Para sus marineros solo nos dejaban
ridículos tesoros que ellos mismos escondían de vez en cuando.
Pero
no era esto lo que más me enfadó: lo que de verdad me llenó de
rabia fue oír cómo Barbadepega se reía de sus incultos marineros y
sus cabezas vacías, de nosotros, de lo fácil que era engañarnos y
de lo tontos y pobres que seguiríamos siendo siempre por haber
dejado los estudios para irnos con un pirata!!!
Aquello
me espabiló y, desde ese momento, esperaba cada noche a que todos
durmieran para visitar el cuarto de las ratas, donde pasaba el tiempo
estudiando todo tipo de libros. Pronto me di cuenta de que
aprendiendo sobre tantas cosas se me ocurrían mejores ideas, y
encontraba formas de hacer casi todo mejor y más rápido, aunque
disimulaba comportándome como el más tonto de los marineros.
Y
cuando, al cabo de algunos años, comprobé que ya era capaz de
averiguar dónde se escondían los tesoros, incluso antes que
Barbadepega, decidí abandonar el barco pirata. Justo una semana
después, ocurrió lo inimaginable: por primera vez alguien se
adelantó a Barbadepega, Fuí yo!!!! y cuando éste llegó, el tesoro
ya no estaba. En su lugar solo encontraron una calavera hueca de
sonrisa burlona, colocada sobre una montaña de libros.Ese fue mi
escudo y bandera, la calavera burlona.
Con
lo que gané con mi primer tesoro, compré mi propio barco y busqué
mi propia tripulación. Pero, al contrario de lo que hacía
Barbadepega, yo solo admitía gente estudiosa. Y, en lugar de
engañarles, les animaba a buscar los tesoros conmigo, y compartía
con ellos la mayor parte de lo que conseguía. El resultado fue que,
entre tanta gente sabia, encontrábamos los tesoros mucho antes, y el
malvado Barbadepega solo llegaba a tiempo de encontrar cabezas vacías
y burlonas cada vez que intentaba descubrir un nuevo tesoro. Y ni sus
más pegadizas canciones, ni sus más exageradas promesas, pudieron
impedir que todos sus marineros le abandonaran para retomar sus
estudios y tratar de conseguir una plaza de pirata sabio en el famoso
barco de Tom Cabeza Vacía, mi barco.